A pesar de las reiteradas promesas del gobierno municipal para poner fin a las operaciones de IBERPARKING en la ciudad, los cobros por el uso de los estacionamientos en la vía pública siguen vigentes, generando un creciente malestar entre los ciudadanos. La promesa de rescindir el contrato con la empresa, presentada como uno de los logros más importantes al inicio de la administración, se ha convertido en un tema de constantes frustraciones, ya que aún no se han visto avances concretos.
El gobierno local anunció con gran entusiasmo que IBERPARKING dejaría de operar, presentando la medida como un compromiso para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, hasta el momento, no se ha dado a conocer oficialmente si el contrato ha sido cancelado o si el proceso de rescisión ha comenzado, lo que genera incertidumbre y desconfianza entre los habitantes. Mientras tanto, los cobros siguen vigentes, afectando a los conductores que continúan pagando por un servicio que, según lo prometido, ya debería haber desaparecido.
A lo largo de estos meses, los ciudadanos han mostrado su descontento y sorpresa ante la falta de avances en este tema. “Nos dijeron que lo iban a resolver, pero seguimos pagando lo mismo. Esta es una burla a nuestra paciencia y confianza”, expresa uno de los afectados. Para muchos, las promesas de cambio parecen haberse desvanecido, mientras las autoridades locales no han brindado respuestas claras sobre el estado real de la rescisión del contrato.
Uno de los compromisos que el gobierno municipal también destacó fue la creación de un comité de negociación para dar seguimiento a este proceso. Sin embargo, dicho comité aún no se ha reunido, lo que agrava la sensación de desinterés y falta de compromiso por parte de los funcionarios encargados. A pesar de los esfuerzos por minimizar la situación, los ciudadanos exigen acciones concretas y una pronta resolución.
Aunque algunos funcionarios han justificado la demora diciendo que los trámites legales son complejos y llevan tiempo, la falta de respuestas claras y la ausencia de acciones visibles solo aumentan la frustración entre los ciudadanos. En lugar de la esperada eliminación de los cobros, la situación sigue siendo la misma, lo que alimenta la desconfianza y el hartazgo en la comunidad.
Con los cobros de IBERPARKING aún vigentes y la falta de transparencia sobre el avance de la rescisión, la ciudadanía no puede evitar cuestionar la efectividad de las autoridades municipales y su verdadera disposición para cumplir con sus promesas. Este retraso en la resolución del conflicto se está convirtiendo en un claro ejemplo de cómo las promesas de cambio pueden quedar en el aire, afectando negativamente a los habitantes de la ciudad.

