La Casa Migrante de Tijuana está atravesando una crisis financiera debido a la pérdida de casi la mitad de sus recursos, lo que ha llevado a la institución a evaluar la posibilidad de reducir algunos de los servicios que ofrece a las personas en contexto de movilidad.

Patrick Murphy, director de la Casa Migrante, explicó que la situación se ha complicado por la escasez de fondos, especialmente a raíz de la reducción del apoyo de organizaciones de Estados Unidos. Actualmente, el centro cuenta con un equipo de 22 personas, cuyo mantenimiento resulta cada vez más difícil en el actual contexto económico. “Si seguimos el sistema de Trump, perderíamos la mitad de los recursos, por lo que necesitamos identificar cuáles son los servicios esenciales y cuáles podemos recortar para poder sobrevivir, ya que mantener todo el equipo sería una carga muy pesada y no contamos con muchos ahorros. Todo el dinero disponible se está utilizando, y si seguimos así, podríamos enfrentar serias dificultades”, señaló Murphy.
Ante esta situación, la Casa Migrante ha buscado diversas alternativas para obtener recursos y mitigar el impacto de los recortes en sus servicios. “Hemos enviado cartas a 300 personas de nuestra base de donadores, pidiendo un pequeño aporte adicional. Además, hemos distribuido cerca de mil sobres y la gente ha comenzado a responder, aunque poco a poco. También estamos investigando otras fundaciones que puedan apoyarnos, y hemos tenido cierto éxito en este esfuerzo, esperando lograr más en el futuro”, añadió el director.
Otra de las estrategias que la Casa Migrante está explorando consiste en ofrecer charlas sobre su trabajo en ciudades de Estados Unidos, así como organizar más eventos benéficos en la región de Tijuana y San Diego. “Hemos tenido que hacer recortes tanto en fondos como en servicios. Por ejemplo, un grupo de UNICEF que venía dos o tres veces a la semana para realizar actividades con los niños ya no puede seguir viniendo, lo que representa otro tipo de reducción en los servicios que brindamos”, lamentó Murphy.
La situación financiera de la Casa Migrante continúa siendo incierta, pero el equipo sigue buscando formas de mantener su labor en apoyo de las personas migrantes en la región.

