Iberparking lo vuelve a hacer: se adueñan de banquetas en Tecate mientras las autoridades siguen de brazos cruzados

Una vez más, el grupo ciudadano “Tecate en pie de lucha” documentó en video cómo personal de la empresa IBERPARKING se apropia sin ningún tipo de pudor de una banqueta pública en plena ciudad, como si se tratara de propiedad privada. Las imágenes no dejan espacio a la duda: estamos ante un abuso claro, descarado y reincidente.

Lo verdaderamente indignante no es solo la actitud de la empresa—que ya ha demostrado en múltiples ocasiones que opera como si estuviera por encima del reglamento urbano y del sentido común—sino la total pasividad de las autoridades locales, que parecen más preocupadas por no incomodar a una empresa privada que por cumplir su responsabilidad constitucional de velar por los derechos de la gente.

Según declaraciones oficiales, el gobierno municipal está “a la espera” de una nueva propuesta por parte de IBERPARKING respecto al uso del espacio público. ¿Esperar? ¿Acaso el gobierno no entiende que su papel no es sentarse a esperar lo que le convenga a una empresa, sino hacer valer el Estado de derecho? Esta tibieza solo confirma lo que muchos ciudadanos ya sospechan: que hay un manto de protección y complicidad que favorece intereses privados a costa del bienestar colectivo.

El mensaje que envía el Ayuntamiento con esta actitud es alarmante: puedes violar el espacio público, puedes obstaculizar banquetas, puedes ignorar el reglamento urbano… y no te pasará absolutamente nada. Siempre y cuando tengas buenos contactos o representes intereses económicos, el gobierno se hará a un lado y te dejará hacer lo que quieras.

Y lo más preocupante es que este no es un hecho aislado. IBERPARKING ha protagonizado múltiples controversias desde su llegada a Tecate, incluyendo cobros indebidos, acaparamiento de espacios públicos y una evidente intención de privatizar lo que por décadas ha sido de uso libre. Sin embargo, no ha habido ni una sola sanción significativa, ni una clausura, ni un revés legal firme que ponga un alto definitivo a sus prácticas. Todo queda en comunicados vacíos, mesas de trabajo eternas y promesas que nunca se cumplen.

¿Dónde está el liderazgo? ¿Dónde está el compromiso con la ciudadanía? ¿Dónde están los inspectores, los regidores, los funcionarios públicos cuya labor es precisamente defender el interés común?

Lo cierto es que “Tecate en pie de lucha” ha asumido el papel que debería tener el gobierno: vigilar, denunciar y exigir rendición de cuentas. Pero no es su responsabilidad. Es el Estado quien debe actuar, no un grupo de ciudadanos cansados de la indiferencia gubernamental. Y sin embargo, aquí estamos, una vez más: viendo cómo una empresa hace y deshace, mientras el gobierno se limita a “esperar propuestas”.

Es momento de que las autoridades dejen de comportarse como espectadores y entiendan que el silencio también es complicidad. Cada día que dejan pasar sin actuar, cada espacio público que se entregan al mejor postor, es una muestra más del abandono institucional que vive nuestra ciudad.

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