Parquímetros sin control, Gobierno sin respuesta

En Tecate, estacionarse se ha convertido en una ruleta de cobros injustificados, operadores sin control y un Gobierno que parece haberse rendido. IBERPARKING sigue operando con total libertad en las calles del pueblo mágico, como si el espacio público fuera suyo. Mientras los ciudadanos pagan tarifas, la administración municipal guarda un silencio que ya se volvió cómplice.

Los operadores de IBERPARKING no han desaparecido. Siguen ahí, vigilando, sin que exista transparencia ni regulación clara sobre su actuar. La indignación crece entre los vecinos del centro y comerciantes, quienes denuncian que la empresa ha expandido sus zonas de cobro más allá de lo permitido, invadiendo áreas de carga y descarga, esquinas sin señalamiento, e incluso sitios donde antes jamás se cobraba.

¿A dónde va ese dinero? ¿Cuánto recauda IBERPARKING? Nadie lo sabe. Lo que sí es evidente es que mientras las banquetas se deterioran, las calles se llenan de baches y los servicios municipales fallan, los parquímetros funcionan como relojes suizos. Tecate parece una ciudad a la deriva, pero eso sí: con parquímetros en cada cuadra.

Los reclamos de la ciudadanía no han sido atendidos. Grupos vecinales promueven no pagar a una empresa que no debería tener autoridad alguna. Pero la respuesta del Gobierno ha sido la misma: ninguna.

En una ciudad donde el abandono institucional ya no sorprende, lo que sí indigna es que se permita este tipo de saqueo organizado. Porque eso es IBERPARKING: una empresa que crece a costa de un Gobierno que no defiende a su gente.

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